Llegó el final del cuento para los morilenses de una manera indeseable para todos, y asimilable por pocos, como un jarro de agua fría, como una bofetada al despiste, los morilenses terminan la temporada, perdiendo en su casa, donde llevaban más de 3 años sin conocer la derrota.

Hasta entonces, el Villalba había ido siempre a remolque del equipo morilense, mostrandose inferior en una primera parte donde el Bar Pirulo pudo sentenciar, pero tras el descanso, llegó la debacle. El conjunto onubense no solo empató el encuentro, sino que por primera vez en todo el partido se ponían por delante con el marcador con el 3-4. Más favorable se puso el asunto, cuando Cordero jugando de portero jugador, para evitar el gol onubense fue expulsado al cometer falta siendo el ultimo hombre, y llegó el 3-5. Jugando al todo o nada el Bar Pirulo que no encontraba el gol, debido a la defensa numantina del Villalba y a su guardameta que lo había parado todo, se encontró con un penalti a Pablo, que el mismo ruteño quiso tirar. Pero el meta visitante se hizo héroe parando el disparo desde los 6 metros, evitando la posible remontada. El palo llegó con el sexto gol, 3-6 y con todo acabado, en el último minuto, el Villalba Floyd puso el 3-7. La clave o la culpa del parcial de 0-5 en la segunda parte la tuvieron dos factores, el primero la defensa pero sobre todo el portero del Floyd-M, y segundo, el bajón físico sufrido por los morilenses, que se notó excesivamente para mal. Pese a la gran afición, a los ultras y a todo los apoyos recibidos, el club morilense llegó hasta aquí.
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